Espido Freire: «Comparto cama con mis gatas, ¡qué remedio!»

 

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«Mis gatas siempre están cerca, encima de mí: son apéndices de mi cuerpo», confiesa la escritora Espido Freire en esta entrevista tan gatuna como divertida

EVA SAN MARTÍN. A Espido Freire los gatos no sólo le han cambiado la vida: también se sumergen en sus novelas, como personajes secundarios. En esta entrevista exclusiva para EN EL NOMBRE DEL GATO la escritora Espido Freire, premio Planeta con Melocotones helados, nos habla de sus gatas Ofelia, Rusia, Lady Macbeth e Iona, todas adoptadas, y de sus talentos ocultos. ¿Sabías que Rusia es una gatita adicta a las trastadas y que Lady Macbeth se enamora de todos los hombres que entran en casa de Espido? No sólo eso: la escritora nos revela en esta entrevista sus confesiones gatunas más desconocidas, secretos que sólo comparte con sus gatas. No te pierdas a la Espido Freire más gatuna, divertida y comprometida. Un adelanto: ¿adivinas quién duerme con ella cada noche?

Espido, ¿cuándo decidiste compartir tu vida con gatos?

Mis padres no me dejaron tener más animales que un pez (Bianca Camelia fue un gran pez viajero, pero eso es otra historia) por motivos de alergias en casa, pero en casa de mis abuelos sí había todo tipo de animales. Cuando me instalé en una casa estable, decidí adoptar un animalito y, por mis condiciones de vida, era más adecuado un gato. Comencé a ver qué necesitaba y cómo ocuparme de él de la mejor manera (siempre he sido muy concienzuda en eso) y en la primavera de 2005 me lancé.

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Las guapas de Ofelia y Rusia juntas, las dos gatitas negras adoptadas y queridas de Espido Freire, ¿esa mirada tan dulce no es irresistible?

¿Cómo llegaron Rusia, LadyMacbeth, Ofelia e Iona a tu vida?

Si algo tenía claro era que iba a adoptar, y no a comprar. Las tres gatitas, más Iona, la primera que tuve y que murió de viejita el año pasado, han sido rescatadas de la calle o de perreras. Ofelia vino de Badajoz (la recogí cuando fui como jurado de un premio literario a Almendralejo), las otras, de las perrera de Madrid. Eran unas cachorritas divertidísimas, con un carácter muy definido, y me cambiaron la vida.

Escribiste tu primera novela con 23 años (Irlanda), y ya llevas más de 20. Dos de tus gatas tienen nombres literarios y Rusia lleva el nombre del país que una vez fue paraíso de la novela. ¿Los gatos han cambiado tu manera de abordar el trabajo de escritora?

Sí, son ya muchos los libros publicados, 25 o 26, he perdido la cuenta. He cambiado mucho desde esa primera novela, pero no sabría decir qué pertenece a la evolución del tiempo y qué a mi vida. Las gatitas aparecen a veces en las novelas o los cuentos (me han pedido muchas veces que escriba un libro sobre ellas, pero aún no he encontrado el tiempo) como personajes secundarios, y siempre con historias positivas.

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«Los gatos siempre son coherentes: en ese sentido, intento ser más gata», dice Espido Freire

Con la concentración que supone escribir, ¿tus gatas te dejan trabajar? O se te suben encima, comen el bolígrafo, se colocan delante del ordenador….

Son unas acaparadoras terribles. Viajo bastante, lo que no les gusta demasiado, pese que nunca son más de unos pocos días, y cuando regreso se muestran siempre cariñosísimas y hambrientas de comida y de chucherías. Paso mucho de mi tiempo en casa escribiendo, y ellas están siempre cerca, y si pueden, encima de mí, y si pueden, entre el teclado y yo.
Lady Macbeth me da con la patita, para que le haga caso, o me caza sus peluches. Rusia se planta en mi hombro, y de ahí no hay quién se mueva. Y Ofelia, que es la más buenecita, se tumba a mi lado, y sólo viene a pedir cariño cuando hablo por teléfono. Eso mejora un poco en el verano, pero en invierno, que tienen más frío, son apéndices de mi cuerpo.

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«Soy un poco madre de mis gatas, soy responsable de ellas, las regaño y las mimo. Es complicado no hablar de ellas como una madre», confiesa Espido Freire.

No hay dos gatos iguales ¿Cómo son Rusia, LadyMacbeth, Ofelia en la intimidad?

Ofelia es la mayor y es una señorita educadísima, de un carácter estupendo, pero muy tímida. Cuida mucho de sus hermanas y de los gatitos pequeños [Espido ha sido casa de acogida para gatitos huérfanos mientras que encuentran familia], y media entre ellas para que no haya discusiones. Es la delicadeza en persona, y su único vicio es que es una golosa de cuidado. Rusia es la preferida de todos, vivaz, divertida, curiosa, sin miedo a nada… Sus ocurrencias me traen por el camino de la amargura, cuando no ha acabado la última trastada ya está en la siguiente. Es una gatita muy sociable y le encanta curiosear entre las cosas de los seres humanos.

Lady Macbeth, la menor, es gordita y adorable, muy mimosa y una manipuladora de cuidado. Se enamora de todo hombre que entre en casa, o que no entre pero que traiga un envío de correos. Además, se muestra muy celosa, cuidado con ella. A veces busca pelea con Rusia, que, todo hay que decirlo, entra al trapo, se persiguen, juegan, y se les pasa.

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«LadyMacbeth, ¿esa caja no es demasiado pequeña para ti? «

¿Aún no sabes por qué los gatos adoran las cajas?

Seguro que Rusia, LadyMacbeth y Ofelia tienen algún talento especial oculto…

Rusia no se deja engañar con el puntero ni con otros juegos, detecta inmediatamente los trucos, y muestra su completa indiferencia hacia ellos para continuar insistiendo en lo que ella quiere. Lady Macbeth obedece algunas órdenes en inglés, y le encanta posar para las fotos: ve el teléfono o la cámara y se prepara para el objetivo. Un par de veces al día caza sus peluches y me los deja a mis pies.

Y Ofelia está siempre de guardia, y me viene a buscar si sus hermanas han organizado alguna, se han quedado encerradas en algún sitio, o si ve una maleta o una caja fuera de su sitio. Es como un San Bernardo pero negro, y en gatita.

¿Te consideras en parte «la mamá» de tus gatas?

Un poco sí, creo que resulta inevitable ese vínculo: soy la responsable de ellas, les doy todo lo que necesitan y les pongo límites y regaño, las mimo, acicalo, llevo al veterinario… es decir, es complicado no hablar como una madre. Son miembros de mi familia. Sin embargo, aunque creo que el amor es amor, estoy segura de que ser madre de un niño tiene que ser algo muy distinto, decisivo en la vida.

¿Conoces el blog de Espido Freire? ¡No te pierdas sus historias!

espido-freire-entrevista-gatos-8Eres casa de acogida para gatitos sin hogar, has acogido a más de cien gatitos. ¿Por qué es tan importante esta tarea, tan poco conocida, pero tan esencial para la adopción de los gatos?

Mientras pude, fui casa de acogida, sobre todo de camadas, por eso el número es tan alto: alguna vez tuve una mamá con nueve cachorritos, entre suyos y adoptados. Las casas de acogida son importantes por las características de los gatos, que se adaptan mal a residencias, y sufren encerrados en jaulas. Y porque aún existe una conciencia muy baja del cuidado hacia los gatos, que hace que animales en colonias, o en la calle, estén expuestos a enormes peligros. Si un animalito es amable, puede dar toda la alegría imaginable a una casa. Si es arisco, estará feliz en un medio controlado, esterilizado y supervisado.

Ahora, por circunstancias, no tengo gatitos en acogida, pero no lo descarto cuando tenga un ritmo de vida un poco más tranquilo que me permita atenderlos como hay que hacerlo. Reconozco que tengo un mono terrible de gatitos. Sólo puedo decir que es una experiencia extraordinaria, que aprendes mucho de los animales, y de ti (de cómo cuidar a un animalito que se irá, de sacrificio, de amor incondicional), que yo repetiré en cuando pueda.

espido-freire-entrevista-gatos-3Has sido premiada por tu cariño público hacia los gatos (premios Sheba), y eres defensora de los derechos de los animales, ¿qué motor mueve tu compromiso, en especial con los gatos?

No soporto la crueldad innecesaria. Me saca de quicio el que animales de los que no obtenemos un beneficio económico inmediato no sean cuidados, ni protegidos, y parezca que haya vía libre para maltratarlos. El abandono de caballos cuando llegó la crisis, el sufrimiento innecesario de animales destinados a consumo, o los juegos crueles en los que intervienen animales me resultan insoportables. Creo que es un retroceso en el avance humano, y que cuanto más se avance en los derechos animales, mejor sociedad seremos.

¿A quién le recomendarías vivir con gatos?

Bueno, a casi todo el mundo; que se acerquen paulatinamente, sobre todo, si sienten miedo (mucha gente tuvo una mala experiencia con un gato arisco que les ha marcado) y vean cómo son y lo fascinante de su psicología y comportamiento. El gato engancha, y ahora mismo, este país está descubriéndolo.

Hay otro tema muy interesante, antes el gato estaba invisibilizado: si el perro salía a la calle, paseaba y permitía conocer a otros dueños de perros, el gato estaba en la intimidad del hogar, secreto. Las redes sociales han permitido mostrar a los gatos que antes no se veían, y que los dueños creemos foros, nexos de unión, y un cierto espíritu común. Cada vez más personas tienen gato y se benefician de ello.

espido-freire-entrevista-gatos-7Una confesión: ¿qué tienes en común con tus gatas?, ¿en qué eres un poco gata?

No sé, cuando hablo con ellas me dicen que no quieren parecerse en nada a mí, pero puede ser que están en una edad muy mala… Ya en serio, yo diría que las observo y tomo notas de algunas conductas. El animal siempre, siempre es coherente. Somos nosotros los que modificamos nuestra conducta, condicionados por otras circunstancias. En ese sentido, intento ser más gata.

Otra confesión más: ¿hay algún secreto que sólo compartas con tus gatas?

Sí. [carcajada].

Para terminar, una pregunta obligada por el título de esta sección (EN LA CAMA CON MI GATO): Espido, ¿compartes cama con tus gatas?

Sí, qué remedio, como para decirles que no. Antes, cuando vivía mi gatita Iona, no le dejaba subir a Lady Macbeth, pero ahora ocupa el costado derecho de la cama. Y protestan muchísimo si me muevo y ellas habían cogido postura…


Espero que hayáis disfrutado de Espido, Ofelia, Rusia y LadyMacBeth tanto como yo. ¡Admito que me reído y emocionado mucho con ellas! ¿Qué confesión gatuna de Espido os ha sorprendido más? ¿Qué habéis aprendido? ¿También tus gatos se suben encima de ti cuando trabajas, como le sucede a Espido? ¿Vuestros felinos también exigen un hueco en la cama cada noche? ¡Los míos sí, confieso! ¿Has sido casa de acogida para gatos, como la escritora? Escríbenos, cuéntanos, dinos hola… ¡Estamos deseando saber de vosotros y vuestros gatos!

4 comentarios en “Espido Freire: «Comparto cama con mis gatas, ¡qué remedio!»

  1. José Miguel Ventura

    Hola Eva! Te cuento: a mi casa ha llegado un gato, que se quedó y ya no se quiere ir. Vivo con una hermana a la que no le gustan los gatos. Él tiene un problema, se sube en la mesa, para tomar la comida, aunque yo lo he acostumbrado a comer de la comida que le doy. Ella dice que de toda manera él es ladron. Te pregunto: ¿qué puedo hacer? Le he tomado cariño, dicen que él es mi hijo. ¡Gracias por tus consejos y por la revista! José Miguel

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    1. Eva San Martín Autor

      ¡Hola José Miguel! Creo que tienes un nuevo amigo peludo, =^-^=¡y eso es una gran noticia! ¿Mi consejo? Lo primero, llevar al gatito al veterinario, para esterilizarlo, vacunarlo, desparasitarlo. Y educar al gatito como bien dices: con paciencia, juegos y cariño, ponle comida rica en su sitio, y él pronto sabrá que es allí donde debe comer y cómo comportarse. ¡Los gatos aprenden, por supuesto! Tu hermana… no sé si conseguiremos que acabe amando los gatos: pero te aviso que no sería la primera persona que dice no gustarles hasta que vive con ellos, ¡y descubre todos sus encantos! 😉 Démosola tiempo, y es muy probable que caiga rendida a los encantos del amor peludo. ¡Mándanos fotos de tu gatito y no os perdáis nuestros consejos y artículos para aprender a vivir felices con los gatos! Gracias por tu confianza, y por hablar EN EL NOMBRE DEL GATO! Un abrazo peludo! Eva

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  2. Aurora

    Hola Eva. Tienes toda la razón en lo que dices. Yo nunca conviví con gatos y les tenía cierto miedo. Hace dos años mi hijo adoptó a una gata ya adulta de 2 años, pues mi perrito se murió y él echaba de menos el amor que te dan los animales. Ahora la gatita tiene 4 años: se llama Dama,pues es tan tranquila y cariñosa que le iba bien. ¡Y Dama me ha cautivado por completo! Se ha convertido en mi sombra, siempre duerme encima de mí o pegada a mi lado. ¡Es mi niña mimada!
    Un saludo!

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