CUBIERTA EN PELOS DE GATO, ¡PERO FELIZ!: PARTE I

Ropa y pelos de gato, atracción fatal.

Ropa y pelos de gato, atracción fatal.

EVA SAN MARTÍN. Hay modos de romper con el estereotipo de «loca de los gatos». Y poca duda cabe de que pasearse por el mundo con la ropa cubierta de pelos no es uno de ellos. 

Yasmine Surovec, de Cat Versus Human, lo ilustra de forma magistral en su viñeta Anatomía de una Chica de Gatos. Si aún no os lo había contado, ahí va: ¡adoro a esta mujer!)

Anatomía de una chica de gatos

CAT VERSUS HUMAN

Pero, puestos a romper moldes: ¿es posible acabar con los pelos de gato de la ropa?

Hace años este era un tema que me preocupaba, y muy mucho. Cuando Cooper llegó a mi vida, y luego Cabo y Martes y finalmente… ¡Billy!, los trucos para eliminar los pelos de la indumentaria eran un tema recurrente en cenas con amigos y amigas que también estrenaban vidas en común con sus felinos.

No me cabe duda de que la escena os es familiar. Todos y cada uno de los humanos conscientes con gato(s) hemos dedicado alguna hora, o días: ¡confieso!, a estudiar seriamente el asunto. ¿Quién no ha probado a sacudir, a mojar, a aspirar las prendas, a…?

Una amiga me aseguró que el mejor modo era pasarles un guante de goma. Pero el trabajo de campo me permite concluir que el sistema que vence por goleada son los archifamosos rodillos de papel adhesivo: también conocidos como, ¡tachán, redoble de tambores!, ¡¡pelos terminator!!

¿Os suenan?

Terminator en su combate más peludo. / EN EL NOMBRE DEL GATO

Teminator en su combate más peludo. / EN EL NOMBRE DEL GATO

Soy tozuda, y estaba convencida de que la batalla contra los pelos felinos era necesaria si no quería transformarme en una «loca de los gatos» oficial. Aunque era consciente de que mi oponente sería despiadado y de que además contaba con una artillería pesada inagotable… ¡millones de pelos de gatos preparados para atacar en todo momento!

Pero yo, con aquel sofisticado cargamento pegajoso, me sentía más que preparada para combatir.

Tozuda sí, pero incauta también. Si echáis un vistazo a mi armario, no tardareis en destapar mi excesiva confianza en una eventual victoria contra el peludo oponente: allí dentro descansan montañas de ropa negra.

¿Alguna chica o chico en la sala puede resistirse a las bondades de las prendas oscuras? Pero, ¡negro! ¿Hay algún color que camufle peor al oponente a combatir?

¿Seguro que nadie ha vito a un lindo gatito por aquí……?

¿Seguro que nadie ha vito a un lindo gatito por aquí……?

Faldas negras con un ¿sutil? halo… peludo: yo me autoconvenzo de que nadie más lo verá,  ¡si salgo de noche, claro! Pantalones pitillo negros, ¿no son acaso los que mejor sientan?, en cuyos pliegues se ocultan imbatibles bolas de pelo de tono claro.

Medias y leotardos tupidos, ¿habéis adivinado de qué color?, donde el pelo de gato no sólo se adhiere sino que queda incrustado como alfileres librando una cruenta batalla por defender el territorio sedoso recién conquistado. Camisetas, faldas… ¡todo negro!

Ahora reconozco esta querencia por lo oscuro como un imperdonable síntoma de osadía. Infravaloro a mi oponente. No hay duda de que he dado a mi peludo contrincante una irreparable ventaja.

No me queda más que implorar: «¡Que los rollos de papel adhesivo me acompañen, querido Miau-Vader!»

MIAU-VADER-RESCATE-VIÑETA

El Cat-Vader de Walter Humala, con un pelos terminator. / EN EL NOMBRE DEL GATO

Compro esos pringosos atrapa-pelos en bloque y guardo municiones en bolsos, cajones y hasta en los armarios de la cocina. También mis gatos son sometidos a intensivas sesiones de cepillado semanales, con utensilios de púas suaves y cardas.

Ahora paseo mi ropa negra por el mundo con orgullo, como una conmemoración de un combate ganado…

…libres de bailarines oponentes peludos…

… al menos, durante unos breves minutos….

Por desgracia, mis insignificantes triunfos no tardan en disiparse: basta con bajar la mirada hacia mi ropa, para encontrar una pequeña brizna de pelo de gato, que ondea feliz en la camiseta…

Tal vez debería enfadarme. Pero lo cierto es que masco la derrota con dignidad. Más bien sonrío; y de inmediato pienso en mis pequeños y peludos Cooper, Cabo, Martes, Billy… ¿qué harán mientras yo rescato sus insistentes rastros de mi vestimenta?

Por fortuna, las «locas de los gatos» no nos encontramos solas: también están ELLOS, los «locos de los gatos». Admito que cuando encuentro pelos felinos en la ropa de algún chico respiro aliviada y presumo, así de buenas a primera, que debe ser un buen chaval. #RealManLoveCats, ¿no estáis de acuerdo?

Ahora que miro cara a cara a los pelos felinos atrapados en la ropa, he llegado a la conclusión de que debe de haber otros modos de romper con el estereotipo de «locos de los gatos»…

O que, sencillamente, este tal vez no esté tan mal. 🙂

Con el guapo de Cooper…. cubierta en pelos de gato, pero ¡feliz!.

Con el guapo de Cooper…. cubierta en pelos de gato, pero ¡feliz!.

¿Cómo lleváis vosotros la batalla contra los pelos de gato? ¿Seguís luchando u os habéis rendido? ¿A quién imploráis? ¿También a Miau-Vader? Estoy deseando conocer vuestra opinión y ver vuestras fotos con gatos, cubiertos de pelos, pero contentos….. ¡!

**PD: Este tema trae miga, por eso he llamado a esta entrada Parte I. Como las mejores secuelas… ¡volveré a tratar el tema!

9 comentarios en “CUBIERTA EN PELOS DE GATO, ¡PERO FELIZ!: PARTE I

  1. Tania Hernando

    ¡Hola Eva!

    Te ha quedado muy chula la página web ;D yo respecto al tema de los pelos me di por vencida hace mucho tiempo jajaja. Utilizo el rodillo de vez cuando pero, reconozcámoslo, con 4 gatos es imposible quitar todo porque se quedan atravesados. Y la verdad, ya no me importa xD así tengo un recuerdo de ellos cuando no estoy en casa jaja.

    ¡Saludos y un besito para todos los animales humanos y no humanos del hogar!

    Responder
    1. Eva San Martín Autor

      ¡Hola Tania!

      Gracias por tu mensaje. ¡Cuánto me alegro de que te guste! Tienes toda la razón: los pequeños pelos de gato enganchados en la ropa son imbatibles muestras de amor peludo. 🙂

      ¡Muchos besos también para ti, y toda tu tropa peluda!

      Responder
  2. Gina

    Hola!!

    Yo también tiro de los rodillos esos, aunque ahora tengo otro truqui para cuando no estoy en casa o no recuerdo dónde está el rodillo. Me mojo un poco las manos y las paso por la ropa con un poco de fuerza de arriba a abajo… sencillo pero eficaz, aunque me falta pulir la técnica, no es la primera vez que me seco el sudor de la cara en el gimnasio con la parte baja de mi camiseta y termino con pelos hasta en la boca xDD

    Responder
  3. Ana

    Hola Eva!
    Tras muchos intentos, también he claudicado en la ardua tarea de «Pelos cero». Es cierto que hay muchas técnicas y recursos para minimizar que toda nuestra ropa parezca de angora (también utilizo el superrodilo y las manos húmedas frotándolas sobra la ropa), pero la prevención es otro recurso válido, o sea, en los armarios, en los cuales a mis seis gatos: Fuyur, Cleo, Chiska, Iris, Momo y Rubi, les encanta refugiarse, procuro cubrir la ropa que tengo en las repisas con alguna manta o retal mullidito. Además, al llegar a casa lo primero que hago es quitarme la ropa y ponerme el uniforme de faena, al igual que al salir, mi último acto es vestirme. Otro recurso para la ropa mas delicada: meterla en bolsas plásticas cerradas, ¡a salvo de pelusillas!….Así y todo, encuentro esos pelos hasta ¡sacando la ropa de la lavadora! y es que les encanta meterse entre las sábanas para dormir conmigo! y eso es un placer al que no estoy dispuesta a renunciar por cuatro (o cuatrocientos) pelos de nada!.
    Un saludo y enhorabuena por esta gran idea que has tenido!

    Responder
    1. Eva San Martín Autor

      ¡Hola Ana! He disfrutado mucho y reído leyendo tu comentario. ¡Eres genial, y tienes un montón de trucos divertidos contra los pelos! Aunque, como dices…. ¡la operación Pelos Cero queda abortada! jejejejeje ¡Mejor con pelos que sin peludos amigos cerca! Purrrrrr! ¡Gracias por compartirlo! ¡Un abrazo peludo!

      Responder
  4. Violeta

    Guauuuu!!! (perdón, quise decir: miaauuuu!!)… No he parado de reirme desde el principio!!
    Yo no he probado esos rollos pegajosos (desistí muuuucho antes), mis mejores métodos probados fueron el guante de goma y las manos húmedas (aunque ya digo, finalmente me conformo con disimular la cosa levemente)
    En mi caso tengo pelos hasta en los asientos del coche, a pesar de cepillar a mis minimininos y de que ellos no se sienten en el coche: soy yo señores el agente dispersante de pelos de gato!!..
    Tanto es así que estoy planteándome empezar a tomar malta para prevenir obstrucciones intestinales!! Jijijjj
    En fin, que me he divertido mucho leyendo, me he identificado más aún si cabe y no me preocupo (ya casi) en absoluto por los pelos más que en verano (por aquello de la calor!) jejej
    😉

    Responder
    1. Eva San Martín Autor

      Hola Violeta! Miaauuuuuu y guauuuuuu, señora Agente Dispensadora de Pelos, jejejejejee. Eso necesita una viñeta frente a una máquina: «sus pelos de gatos, gracias» 🙂 Yo también me he reído mucho leyendo tu comentario. ¡Muchas gracias por compartirlo! ¡Abrazo…. muy peludo! Purrrrrrrr

      Responder
  5. Leandro

    Yo no tengo gato (por ahora jejeje) pero sí un perrito que vale por 5 o 6 de ellos, por su graan tamaño. ¡Y toda mi casa y mi ropa vive llena de pelos! Hago lo posible por mantener mi ropa suficientemente limpia, pero lo que más importa es el inmenso cariño de mi pequeño.
    ¡Me encanta tu blog Eva! Quién sabe, quizá algún día yo también sea un «chico de gatos».

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.