Rademenes: el Gato Enfermero de los animales sin hogar ¡entrevista exclusiva!

Foto: Refugio de Animales de Bydgoszcz, Polonia.

Rademenes, el Gato Enfermero, abraza a uno de los felinos con problemas de salud tras su operación. Foto: Refugio de Animales de Bydgoszcz, Polonia.

EVA SAN MARTÍN. Rademenes puede parecer un pequeño gato negro del montón. Pero esta apariencia dista mucho de ser verdad. Este adorable felino polaco de dulces ojos verdes, y apenas siete meses de edad, se ha convertido en un héroe peludo de fama mundial gracias a la tarea muy especial que desempeña en el albergue de animales abandonados de Bydgoszcz, en Polonia. Rademenes, más conocido ya como «el Gato Enfermero» o the nurse cat, en inglés, ayuda a los perros y gatos sin hogar con problemas de salud cuando más lo necesitan: les abraza y no se aparta de su lado durante los largos días que dura su recuperación.

«Rademenes llegó al albergue con solo dos meses, tenía problemas respiratorios, la cola dañada y estaba muy delgado; lo trajeron para ponerle la eutanasia. Pero en cuanto lo cogí en brazos supe que era un gato muy especial, ¡fue amor a primera vista!», narra con la voz entrecortada la veterinaria Lucyna Kuziel-Zawalich por Skype, con Rademenes, el Gato Enfermero en brazos, en una entrevista ofrecida en exclusiva a EN EL NOMBRE DEL GATO. (Podéis ver a Rademenes en vídeo al final del artículo).

Foto: Refugio de Animales de Bydgoszcz, Polonia.

Foto: Refugio de Animales de Bydgoszcz, Polonia.

En el albergue de Bydgoszcz, antiguo centro pesquero y hoy pintoresca ciudad del norte polaco, viven cerca de 120 animales abandonados. Algunos de ellos enfermos o que necesitan una operación urgente.

Foto: Refugio de Animales de Bydgoszcz, Polonia.

Radamenes no hace distinción: todos los gatos y perros dolientes son abordados por este pequeño gato negro en la sala de exploración veterinaria. «Primero les da un abrazo, como si quisiera decirles que todo va ir bien. Después se queda a su lado, y a veces les lame. Creo que Rademenes intenta hacerles su complicada situación más cómoda, ofrecerles su apoyo», dice la veterinaria.

Desde que Rademenes llegó al centro, las escenas de abrazos de este pequeño gato negro a sus compañeros de cuatro patas enfermos no han dejado de repetirse, en ocasiones, incluso, poniéndose a sí mismo en peligro. «Algunos perros se enfadan con él al principio porque quieren estar solos. Sin embargo, todo cambia tras la operación: entonces, todos los perros y gatos sin excepción quieren ser abrazados por Rademenes», cuenta Lucyna, dentro de la misma sala de operaciones donde hace cinco meses ella misma operó y  salvó la vida de este hoy famoso felino, al que ha adoptado, y quien en las dos últimas semanas ha sido grabado por televisiones de países tan diversos como Polonia, Alemania, China y Brasil.

Foto: Refugio de Animales de Bydgoszcz, Polonia.

Foto: Refugio de Animales de Bydgoszcz, Polonia.

El cariñoso felino negro pasa horas enteras abrazado a los animales convalecientes tras sus operaciones en la sala de exploración, también los masajea y lame de forma delicada. «Es como si intentara decirles: no os preocupéis, todo va a salir bien», dice Lucyna.

Mientras que Lucyna habla, Izabella Szoldinia, etóloga veterinaria y directora del albergue de Bydgoszcz, asiente con énfasis a su lado. «Rademenes es un gato muy especial, percibe que sus abrazos hacen sentir mejor a los animales enfermos. Es como si pensara: si este perro se ha sentido bien, tengo que hacer lo mismo otra vez», cuenta Izabella, cuyos vibrantes ojos azules añaden aún más emoción a la historia de Ramedenes.

¿POR QUÉ ABRAZA EL GATO RADEMENES A LOS ANIMALES ENFERMOS?

Pero, ¿qué es lo que empuja a este tranquilo gato negro a abrazar y consolar a los animales enfermos, durante largas horas y días? ¿Posee Rademenes una sensibilidad especial, como han defendido algunos?

Foto: Refugio de Animales de Bydgoszcz, Polonia.

Foto: Refugio de Animales de Bydgoszcz, Polonia.

La respuesta a estas preguntas incluye algunas dosis de química orgánica básica; pero, por encima de todo, mucho mucho amor peludo. «Rademenes entiende que sus abrazos ayudan anímicamente a los animales enfermos y se siente feliz por ello, con la consecuente subida de los niveles de oxitocina en su cuerpo», explica la etóloga.

La oxitocina, también llamada hormona del amor, funciona como una recompensa química que invita a Rademenes a repetir su comportamiento y a seguir abrazando a otros animales enfermos. La hormona le hace sentirse bien; y le empuja a insistir en su conducta.

La química, sin embargo, no explica por sí sola los efusivos abrazos del Gato Enfermero. El comportamiento de Ramedenes también es consecuencia de su gran capacidad de empatía, afirman estas veterinarias.

Foto: Refugio de Animales de Bydgoszcz, Polonia.

Foto: Refugio de Animales de Bydgoszcz, Polonia.

El altruismo es un comportamiento natural para muchas especies animales: desde gatos y perros hasta delfines y lobos se ayudan por razones bien distintas a la simple supervivencia. «Como ocurre con Rademenes, hay casos de animales con un altruismo hiperdesarrollado, como los delfines que brindan su ayuda a personas en apuros, lobos fuertes que socorren a otros más débiles e incluso monos que pueden llegar a prestarse ayuda para alimentarse», aclara Izabella.

EL GATO ENFERMERO, NUEVA ESTRELLA FELINA MUNDIAL

Los efusivos abrazos de Rademenes a otros animales le han valido a este felino de color azabache ganarse el sobrenombre de Gato Enfermero. Y también una inesperada fama mundial. Los peludos abrazos del Gato Enfermero han conquistado a millones de internautas de todo el planeta: las fotos de este pequeño minino estrechando sus patitas sobre perros y gatos convalecientes corren como la pólvora por la Red.

Reporteros y televisiones venidos desde todos los rincones del planeta tampoco se han hecho esperar, ayudando a extender su fama: todos quieren conocer y grabar a Rademenes en persona. Los primero fueron los medios polacos. Pero en las últimas dos semanas han aparecido periodistas alemanes, franceses, japoneses, estadounidenses, chinos y hasta brasileños. «Lo más raro que nos ha pasado ha sido con un medio de comunicación de Arabia Saudí, que afirma que Rademenes es un sanador, la encarnación de una especie de dios felino», cuenta una estupefacta Izabella.

Foto: Refugio de Animales de Bydgoszcz, Polonia.

Foto: Refugio de Animales de Bydgoszcz, Polonia.

En el albergue admiten que la repentina fama de Radamenes les ha cogido por sorpresa. «El gran éxito de Radamenes es un poco raro, ¡solo es un pequeño gato negro que de pronto se ha convertido en el gato más famoso del mundo!», sonríe la veterinaria. Pero también reconocen que intentarán aprovechar la popularidad de su Gato Enfermero para recaudar el dinero que tanto necesitan para ayudar a otros animales con problemas de salud de su centro. Y, para conseguirlo, ya han abierto una página de Facebook dedicada a Rademenes.

No solo eso: Radamenes también se ha convertido en una suerte de amuleto peludo local. Su presencia atrae a centenares de ciudadanos de Bydgost, que se cada día se agolpan a la puerta del albergue, «convencidos de que ver al Gato Enfermero les traerá buena suerte», añade entre risas Lucyna.

Radamenes observa la conversación tranquilo sobre los hombros de la veterinaria, ajeno al revuelo que arman sus cariñosos abrazos allí fuera, entre los humanos.  Sus profundos ojos verdes se posan en la pantalla, y esta periodista sucumbe irremediablemente a su encanto felino. Supersticiones aparte, algo me queda claro: los perros y gatos enfermos del albergue de Bydgoszcz tienen mucha suerte de tener al pequeño felino Rademenes, el Gato Enfermero, de su parte.

Espero que conocer a Rademenes os haya emocionado tanto como a mí. ¿Qué os parece la historia del Gato Enfermero? ¿Vosotros también vivís con un gato sensible, que parece saber cuándo le necesitáis? Contadme y compartir vuestras fotos en Facebook yTwitter : estoy deseando saber de vosotr@s! 

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2 comentarios en “Rademenes: el Gato Enfermero de los animales sin hogar ¡entrevista exclusiva!

  1. ana

    Uno de mis gatos, Kay, que además se parece muchísimo a Rademenes, ha estado con los gatos que han fallecido de los que vivían conmigo (Duna, una gata de trece años que falleció en 2010 y Wolfi, un gato de diecinueve, que falleció a finales de febrero de este año) cuando más malitos estaban. Se ponía a su lado y no se apartaba de ellos. Hay otro que vive, el pequeño Bonny, un encanto de criatura, pero que no hacía nada parecido. El Kay es por otro lado un gato asustadizo, que continua siendo casi un gato de colonias, de donde le cogí, y solo se acerca a mí cuando estoy tumbada, de tímido y asustón que es. Pero es el ser más dulce y suave que he conocido en gato. No sé si se puede poner una foto aquí, pero estaría bien para que vierais como acompañaba a Wolfi en sus últimos días. En fin, a mí de los animales, en cuestión de bondades, NO ME EXTRAÑA NADA.

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